Discamino con Iván Bragado llega en la quinta etapa a Puebla de Sanabria
Por Discamino.
HOY TRÍO DE ASES: EL ALTO DEL CAÑIZO, LA PORTELA DE LA CANDA Y EL PUERTO DEL PADORNELO.
La etapa de hoy ha saldado cuentas pendientes de varios de los componentes del equipo. El año pasado, durante la Ruta de la Plata, nos cogió una ciclogénesis salvaje en Puebla de Sanabria. Fue tan bestia lo que traía que nos vimos obligados a estar dos días encerrados en el albergue y sin pedalear. Una de las consecuencias fue la imposibilidad de subir la Canda y el Padornelo, los dos puertos más emblemáticos de ese precioso Camino. Hoy, tanto Pedro, como Gerardo, Isabel, Ana Soage y yo mismo hemos cerrado ese capítulo.
Se podría pensar que ha sido una heroicidad subir esos 3 puertos pero lo cierto es que ha resultado más fácil de lo previsto. El plan de ataque era el siguiente: como la cosa era dura desde el principio, decidimos que Anita, Isa e Iván saldrían de inicio y dejaríamos a los, un poco fatigados, David Gil y Gerardo para los 19 kms de descenso y llaneo que hay desde el Padornelo a Puebla de Sanabria. Iván, como hombre fuerte del grupo, haría los tres puertos y se bajaría del triciclo para dejar sitio a Gerardo; Ana e Isa subirían los dos primeros y, a lo mejor, una parte del tercero en función del cansancio acumulado, y le dejarían sitio a David. Pero…como suele decirse, una cosa es lo que se planea y otra bien distinta lo que en verdad sucede, así que… llegados a este punto, me veo en la obligación de cambiarle el título a esta crónica.
ANITA SOAGE, EL AUTÉNTICO HOMBRE FUERTE DE LA ETAPA.
Así fue y así es. Anita, la peque, mi querido saltamontes, el fedello que lo revoluciona todo con sus risas, sus imposibles posturas de yoga, su inestable pero firme caminar, sus cariñosos golpes que son su forma amorosamente torpe de acariciar,… Esa Ana, y también la otra, la presumida, la Barbie complementos como la apodaron Bea y Aroa, ella ha sido la única en hacer la etapa completa de principio a fin. Sí, los 3 puertos y sus respectivas bajadas, los 55 kms completos como la reina de la carretera que es. Ole ole y ole la Ani.
Al principio dije que no había resultado tan difícil como se preveía y gran parte de la culpa de eso la tiene el bueno de Chema, nuestro gigante bombero piloto de triciclo. Sobre el papel, Google Maps mediante, debíamos subir y empezar a bajar la Canda por la Nacional 525 hasta que, en un momento dado, tuviéramos que abandonarla porque se convertiría en la autovía A-52 y nos obligaría a ir por una antigua comarcal hecha polvo hasta Lubián y otros pequeños pueblos, dando un rodeo de más de 8 kms de curvas y repechones bastante empinados. Y ahí entró Chema en escena, con su cara de inocencia y su voz perfectamente modulada para decir: «dentro de un rato nos tocará coger un trozo de autovía.»
Se me levantaron las antenas, le interrogué exhaustivamente y… resultó ser cierto: el tramo que hay desde el desvío a Lubián hasta la salida a Padornelo está construido sobre la 525 y no tiene señales de prohibición para bicicletas por lo que, en función de lo que establece la modificación de 2015 a la ley de tráfico en lo concerniente a la circulación de bicicletas por las autovías, «las bicicletas, con carácter general, podrán circular por las autovías salvo que exista señalización que lo prohíba». Conclusión: pillamos esos escasos 4 kms de A-52 y llegamos como un tiro al túnel del Padornelo. Una verdadera gozada a pesar del suplicio de aguantar el ruido y las ráfagas de aire de los camiones.
Por lo demás:
1.- un equipo de TVE España Directo nos paró en ruta y nos hizo una pequeña grabación que ya se emitió está misma tarde (http://www.rtve.es/…/pedaladas-proyecto-discamino-…/3703438/)
2.- Llegamos a Puebla de Sanabria a las 15:00, comimos un bocata en una preciosa sombra al lado del río y salimos pitando a Benavente, lugar de pernocta. Benavente es el pueblo de Iván y nos recibió como si fuéramos sus hijos predilectos cediéndonos el pabellón municipal para dormir (el Consistorio) y agasajándonos con una cena de lujo (la familia de Iván).
Y para terminar, un mensaje / recomendación para todos esos que nos han tocado el claxon con saña, mirándonos con cara de locos mientras se tocaban la sien con el dedo índice al pasar a nuestra altura mientras íbamos por la A-52: «Estimados Ignorantes. Su estupidez no les da derecho a dedicarnos ni uno solo de los improperios que nos han dirigido esta mañana. Sigan mi recomendación y métanse el dedo con el que se atornillaban la sien por el orificio de salida de sus respectivos intestinos gruesos. De ese modo lo tendrán ustedes mucho más cerca de su área pensante de lo que se lo vimos en la Autovía.»