DEPORTES

El Racing cerró su andadura por regional encajando una manita

escudo del zamoraZAMORA C.F B 5.- Tomy, Yuberth, Raúl (Diego), Josémi, Chemi, Sergio Fuertes, Barreiro (Magui) Fer, Manu Beneítez , Fradejas y Coca (Domínguez).

escudo racingRACING BENAVENTE 0.- Geras, Gago, Vini (Josico), Blandi, Víctor, Jesús, Tosko, Jáñez, Piatti, Pablo Voces y Héctor.

Árbitro.- Campos Ferreira. Sin amonestados.

Goles.- 1-0.- Coca (9´), 2-0.- Fradejas (13´), 3-0.- Barreiro (57´), 4-0.- Coca (60´), 5-0.- Magui (75´).

Por fín esto ha llegado a su fin y el Racing Benavente regresa a la categoría provincial por la puerta de atrás tras haber hecho casi todo lo posible por regresar a ella. Un cinco a cero que lo dice todo para un equipo pulpero que soñó a principio de temporada, pero que a las primeras de cambio se despertó y vagueó. Quizá la primera victoria en el debut de la nueva categoría hizo mucho daño a un equipo novato, pero con algunos jugadores con experiencia en esta categoría y superiores. Razón tiene el dicho de que “no quiero a mi hijo con buenos principios” pues de aquella victoria, que quedará marcada en la historia del club, se pasó a un empate en la semana siguiente y a partir de ahí asiduidad de derrotas, expulsiones, lesiones que han sido los principales causantes de que Benavente se quede en una mera provincial con respeto a todos aquellos equipos que militan en ella. Claro que también están aquellos de esos jugadores «comprometidos» que se borraban cuando interesaba. Que Benavente no tenga un equipo al menos gallito en la regional de aficionados es para hacérselo mirar y alguien debería ser el culpable o culpables de ello.

Que te presentes en el último partido de temporada sin nada que jugarte y ante un equipo que tampoco se juega nada y te vengas con una manita resume lo que ha sido la temporada para el Racing Benavente.

No queda otra que aplaudir, de forma ligera, pero aplaudir a aquellos jugadores que se comprometieron y que cumplieron de principio a fin, con un patrocinador que apostó por ellos, con una directiva que trabajó para que no les faltara nada, con un entrenador ilusionado en esta aventura que además le brindaba la oportunidad de demostrar lo que había aprendido, con una afición que tuvo al lado hasta que se vieron desplazados por la desidia, con unos socios que en los tiempos que corren hicieron un hueco en el bolsillo para apoyar, con un club y unos colores y con el nombre de una ciudad como Benavente.

Esperemos que la lección se haya aprendido. A veces hay que caer para levantarse más fuerte, pero cuando las caídas no son fruto de los obstáculos que te encuentras en el camino y sí las zancadillas que te vas poniendo a lo largo de él, resulta más complicado levantarse.

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