El Tres Columnas complicó el alirón del Ferretería La Fuente juvenil.
FERRETERIA LA FUENTE At. Benavente 2.- Javi, Kiko, Samu, Raúl y Héctor –cinco inicial-. Nacho, Santi, Unai, Xinxi, Ángel y Álex.
C.D TRES COLUMNAS 2.- Chechu, Ivy, Carlos, Diego, y Marc –cinco inicial-. Asier, Adrián, Raúl, Ichu, Iván y Mario.
Árbitro.- Miguel Lucas. Amonestó al local Kiko y a los visitantes Diego, Raúl y Adrián.
Goles.- 1-0 Raúl (6´), 1-1 Ichu (7´), 1-2 Ichu (10´), 2-2 Héctor (39´).
Partido de los que gustan ver, de esos que se disfruta en cada segundo y de esos que guardan la emoción hasta el final. Aunque tanta emoción contenida pudo causar más de un susto en las casi abarrotadas gradas de la Rosaleda donde más de un aficionado se comió las uñas por intentar ver lo que no veía sobre la cancha.
Los benaventanos buscaban la victoria y no una victoria cualquiera, sino aquella que le aupara de nuevo al palmarés de un nuevo campeonato liguero que además sería revalidado. Tres puntos que no eran una simple victoria más bien el colofón a una brillante temporada donde los de Ramón Coomonte y Toño Esteban han maravillado allá por donde han ido. Y qué será que cuando las cosas se hacen bien hasta los juveniles son capaces de alegrar unas gradas, que como hemos dicho a lo largo de esta temporada, vuelven a comulgar con el fútbol sala, más ahora que el fútbol está hundido?.
Pero con lo que no contaban los locales, que estrenaban patrocinador en su camiseta de la mano de Ferretería La Fuente, era con que el rival no quería ser el invitado secundario en esta fiesta y planteó un partido a cara de perro donde los locales sufrieron muchísimo. Y eso que Raúl encontraba portería a los cinco minutos y allanaba el camino en lo que en un principio iba a ser jornada de celebración y los nervios jugaron una mala pasada a un equipo que sabe jugar y mucho a este deporte y que se atreven a responder con sobresaliente cuando Calero y Bodas les hacen jugar en el primer equipo. Esos nervios desencajaron a los ferreteros y las pérdidas de balones en tres cuartos de cancha, las imprecisiones, en algunos casos demasiadas individualidades y la precipitación se aliaron con los mirobrigenses que haciendo su partido con una extraordinaria defensa muy trabajada en todo momento y muy bien sustentada por el acierto de su portero Chechu dieron al traste con las intenciones de campeonar de los atléticos.
El gol del minuto cinco tuvo doble réplica de Javier en el siete y en el diez dando la vuelta a un marcador tras el que los benaventanos se escondieron fallando ocasiones claras en superioridad o viendo como el meta del Tres Columnas las abortaba. De hecho al descanso ese marcador pudo ser tan favorable al Ferretería como desorbitado en favor de los charros.
En la segunda mitad, el partido no cambió demasiado. Siguió el cuadro visitante trabajando muy bien en defensa y saliendo rápidos al contragolpe donde en varias ocasiones pusieron en aprietos al meta Javi. Robos de balón constantes concedían esa posibilidad que no se traducía en el tanteador. A medida que los minutos pasaban la posibilidad del alirón se desvanecía, más viendo como la pelota no quería entrar o los jugadores locales se empeñaban en rizar el rizo sin consecuencias.
Y lo que pudo ser derrota, pudo también acabar en victoria porque el tándem Coomonte-Esteban se la jugaron al todo o nada y con portero jugador volvieron a acorralar a un rival que acariciaba la victoria. De hecho el propio meta Iván pudo hacer el tercero en un balón recogido en su área que golpeaba sobre un desprotegido marco benaventano sin suerte ya que el balón se fue fuera. En el último minuto llegaba el empate con un disparo cruzado de Héctor que sorprendió a Chechu, más bien no vio salir el balón ante tanto jugador en muy poco espacio de cancha. Pero es que no solamente quedó ahí el partido sino que pudo el cuadro local casi entonar el “we are the champions” en una jugada a falta de cinco segundos con un disparo de Samuel que evitó el meta visitante y un rechace que se estrellaba en la defensa en menos de un palmo de terreno.
Al final habrá que esperar una nueva oportunidad que tarde o temprano va a llegar.