Más de cien participantes se dieron cita en la XXVII Marcha de Promoción Lopenta
Los chicos del Club Bicicleta de Montaña Lopenta, Jesús más en concreto, me invitaba a lo largo de la semana pasada, a la XXVII Marcha de Promoción que habían organizado.
Me levanté y vi que el cielo no pintaba nada bien, pero tenía mono de bicicleta y me apresuré a consultar una de esas app´s que nos hacen la vida más cómoda pero a la vez nos encierran más en nosotros mismos obviando el entorno. Mi radar de lluvia, al estilo Ferrari en la fórmula 1, me decía que podía salir tranquilo puesto que no se esperaba lluvia hasta las dos de la tarde aproximadamente. No sabía muy bien si fiarme de él, porque visto lo visto en las retransmisiones de F1 no son muy fiables. Así que como las ganas eran tremendas y sé que Ferrari falla más que una escopeta de ferias, me vestí a lo Chris Froome y me presenté en los aledaños de la Rosaleda donde estaba la concentración para tomar la salida. Hacía un día estupendo para andar en bici a pesar de la amenaza de lluvia.
Y la verdad es, que enseguida, los Lopentas me hicieron sentir uno más de ellos con lo que de extraño nada.
La salida estaba programa para las 10,30 horas de la mañana, pero ya se sabe que “entre ponte bien y estate quieta” se pasó un buen rato más. Durante ese periodo seguía llegando gente, de todas las edades, para pasar un rato muyyyy entretenido y disfrutando de la bicicleta por caminos cercanos a Benavente. Así que tras la foto de rigor de todos los que nos atrevimos a ser valientes en la salida, otros muchos se fueron acoplando a lo largo de la mañana hasta superar la centena, tomamos la salida.
Las primera pedaladas me hicieron poner pie a tierra, con la reprimenda de Vaquero padre al ver que mi rueda trasera iba escasa de aire, ya se sabe en tiempos de crisis hay que ahorrar en lo más mínimo. Fue Santi Vaquero el que a la vez que sacaba brillo a su lujosa montura, quiero una como la tuya Santi, me prestaba su bomba para recomponer el origen de tal regañina.
De nuevo a pie del cañón y apurando las pedaladas para dar alcance al resto de participantes que se habían ido bastante lejos a pesar de que algunos apenas sabían mantenerse en pie y ya montaban en bicicleta. Pasamos por delante de ese circo espectacular que nos visitó durante el fin de semana y a la altura del campo de fútbol Alonso Pimentel nos reincorporamos a cola del grupo, cuando unos metros más adelante ¡ohhh caída!. Uno de los pequeñajos había caído sin consecuencias en la cuneta y se negaba a subir más a su bicicleta con rabieta incluida. Ante el ánimo de los que estábamos con él, decidió subir de nuevo, una pedalada y otra vez cuneta. Al final se hizo fuerte y para adelante.
Hasta entonces todo había ido perfectamente, paseíto matinal y relax sobre los pedales. Mira por donde llego a colocar mi bicicleta entre Campeón de España Open de Duatlón Cross Álex Contero y el medalla de bronce Oscar Maniega, un Transportes Chema Bolaños Auto y un Lopenta, casi nada. Unos minutillos de conversación con un ligero problemilla en la bici de Oscar al que se le metió un matojo en el cambio y primera subidita del día.Nada un poco de esfuerzo y ya está pasado el trago. Curva a la izquierda y ¿qué ven mis ojos?, lo que habíamos pasado era un aperitivo en comparación de la pared que se nos ofrecía por delante. Eso es para pensarlo un poco más. Por mi lado pasa otro campeonísimo del mundo de la moto Charly Trilla, ¡pero en bici eh!. No queda más remedio, hay que ir hacia arriba.
La subida para mi bicicleta estaba complicada, el terreno muy suelto con lo que la fuerza hacia los pedales en su mayoría quedaba en nada al patinar constantemente. Bueno entre eso y que las piernucas dan lo que dan. Al final veo la luz al final del túnel y justo cuando me falta unos metros para llegar arriba se me sale la cadena, ¡vamos el pupas de la marcha!. Me pongo manos a la obra para volver a ponerla en su sitio con la ayuda de uno de los veteranos de la marcha y con las manos totalmente negras reiniciamos la marcha de cara a la aproximación del avituallamiento esperándonos sobre el kilómetro cinco de la mañana. Curva y curva, charco a charco y otro peque que por no seguir la estela de papá se va contra un arbusto, aunque agarrado en el último momento por alguien que venía detrás y presentía lo que iba a pasar. Al fondo reagrupamiento y tentempié. Eso más que un tentempié era un desayuno en toda regla. Frutas, zumos, pastelitos y para aquellos a los que la noche se les había quedado corta cervecita. Lo que si saqué en claro es que los campeones también beben cerveza y de las grandes.
Mientras se cumplía con el tiempo de espera, me cruce con otra campeona benaventana y precursora del atletismo femenino en Benavente, Vanessa Hernández, muy bien acompañada con su niña, eso es amor de madre. Estuve con los chicos del C.D Montañero Benavente para ellos estas subidas no tienen historia, ¿o sí?.
De vuelta al tajo, paseo por la Senda Maragata con un firme de luego a pesar de las lluvias y bordeando la plantación de viñedos para tomar dirección Benavente. Otra cuesta más de las que duelen en las piernas, aprieto los dientes, me pongo serio y para arriba. Costó pero al final como un valiente. Ahora un prolongado descenso donde había que poner el freno a los más pequeños ya que las velocidades que se podían alcanzar eran altas. Pero todo lo que sube luego baja y todo lo que baja tiene que subir, y claro después de ponerte el caramelo en la boca van y te lo quitan. Subidita larga pero más tendida que nos dejaría listos para afrontar el último tramo y entrar en Benavente.
Senda Maragata, con todos muy apretados y conversando con Fernando Rocha un joven emprendedor benaventano amante de la bicicleta y que ha hecho de eso su modo de vida con su tienda Dual Bike patrocinando, además, a muchos de los que hoy son referentes del deporte en la ciudad como, Álex Contero, Raúl Morla, Rubén Iglesias o la mismísima Campeona de España María José García “Pepa”.
Y estos tíos del Lopenta, después de trece kilómetros de recorrido, nos echan a los leones. Nunca mejor dicho pues al llegar al entorno del Mercado Regional de Ganados, el Circo Kaos mantenía a la vista los leones y tigres con los que cuenta su espectáculo, así que las cámaras de fotos y los teléfonos móviles avivaron su trabajo.
De allí a la Plaza de la Madera donde se daba por concluida a bases de magdalenas esta edición de la marcha de promoción.
Por cierto el radar esta vez no falló y justito llegar a la Plaza de la Madera, sobre las 14,00 horas empezó a llover.
¡¡¡ Ah y entré en con el grupo!!!.
Lo que sí está claro es que si el año que viene las circunstancias me lo permiten volveré a disfrutar de la mañana con la bici y de estos buenos amigos. ¡Gracias Lopenta!.