Tatuarse, un hábito que parece ser bueno para la salud
Tatuarse hoy en día es una práctica cada vez más común, que puede observarse en hombres y mujeres de cualquier edad. De hecho, muchos estudios científicos han contribuido a demostrar los beneficios que aporta para nuestra salud, tanto física como psicológicamente.
Un claro ejemplo es un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Universidad de Alabama, que demostró los efectos beneficiosos que tiene tatuarse sobre el sistema inmune. Y es que la primera vez que nos tatuamos, nuestras defensas se ponen en guardia ante la tinta que invade el organismo, pero si volvemos a hacerlo más adelante éstas se irán reforzando.
A parte de esto, un estudio de la Universidad de Texas demuestra la correlación existente entre el número de tatuajes y el nivel de autoestima de las mujeres y, aunque pueda parecer que no tiene nada que ver, lo cierto es que la asociación es bastante clara.
Una vez que te haces un tatuaje te corroen las ganas de volver a hacerlo próximamente y así, poco a poco, llega un momento en el que se convierte en una verdadera adicción. La culpa de que algunas personas se enganchen a los tatuajes la tiene la liberación de sustancias como las endorfinas, que son producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo como respuesta natural al dolor lógico de que nuestra piel sea perforada por una aguja. Esto actúa sobre los sistemas de recompensa del cerebro, produciendo una sensación de placer cada vez más necesaria y que da lugar a una adicción.